Tú buscas un héroe, yo también, ¡hasta él, que parece un semi-dios, busca una heroína!
Pero nadie quiere ser uno. El más valiente solo se expone para lucir sus medallas.
Y el más pequeño y silencioso es el único que estaría dispuesto a todo, sin pedir nada.
(**Todo y nada se han convertido en palabras muy sugestivas de un tiempo a esta parte)
¡Héroes dices!... suspiro..... cabeceo desesperanzado...... encogida de hombros... fundido en negro.
Mensaje a quien quiera que sea quien escuche: no me mandéis un héroe de esos 'poca-cosa' que vaya pidiendo perdón por hacer.... nada. Enviádme uno guapo y con flequillo que sepa lo que lleva una señorita en el bolso y esté bien afeitadito. Que hable poco y construya mucho.
Un héroe salvador, que se quede con la chica y que sonría por defecto.
Y si lleva caballo, mejor. Que le permita correr al lugar indicado en el momento indicado.
+Tú no eres de los que hablan, ¿verdad?
- (*él abre mucho los ojos ante tal pregunta. Busca pensativo una respuesta mirando hacia una esquina*)
+No, si no digo que me importe. El hablar no sirve de mucho. Sirve decir. ¿no crees?
-(*sonrisa y brillo en los ojos. Sus gafas de pasta negra le quedan francamente bien. Le ha gustado el comentario. Quizá piensa que soy una intelectual*)
+Aunque hay quien dice cosas que más bien merecen no ser escuchadas. Yo sé que contigo eso no pasaría, Clark.
-(*se termina el vaso de café de maquina y se levanta. Me coje de la mano y, por fin....*) Anda, ven a bailar que me gusta esta canción. (*en la radio sonaba 'Si me dejas ahora', de Chicago. Rezo una oración inventada. Pido que no se acabe la canción. Y que no se vaya.*)
Las palabras necesarias, y ya. Y así fue mi tercer encuentro con Clark.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por comentar!